Nuestras Señas de Identidad: Un Proyecto Educativo con Alma Católica
Qué nos define como Colegio Concepcionista?
La identidad de un colegio no es solo una cuestión de nombres o de ubicación; es el conjunto de valores y principios que guían su labor diaria. En nuestro caso, la identidad de nuestro colegio está profundamente arraigada en la tradición de la Escuela Católica, con un enfoque integral y personalizado que se nutre del misterio de la Inmaculada Concepción.
La Escuela Católica: Formar para la Vida
Un colegio católico no solo es un espacio de aprendizaje académico, sino un lugar donde los jóvenes reciben una formación cultural y humana que los prepara para afrontar los desafíos del mundo. Cristo es el centro de nuestro proyecto educativo, lo que significa que, además de formar intelectualmente, nos esforzamos por ofrecer una visión cristiana de la vida que promueva el bienestar integral de nuestros alumnos.
Formación Integral a Imagen de Cristo
En nuestro colegio, no solo se transmiten conocimientos; buscamos una educación que toque todos los aspectos del ser humano: mente, corazón y voluntad. Este proceso de maduración tiene como ideal a Cristo, el modelo de perfección humana, para que nuestros alumnos puedan crecer en coherencia entre su fe y su vida diaria.
El Proyecto Educativo Concepcionista: Una Educación Transformadora
El proyecto educativo de nuestra Congregación, y por tanto de nuestro colegio, se basa en cuatro principios fundamentales que nacen del misterio de la Inmaculada Concepción: Educación Integral, Pedagogía Preventiva, Educación Personalizada y Educación Liberadora.
1. Una Educación Integral: Desarrollar a la Persona en su Totalidad
Nuestra educación no es fragmentada, sino que abarca todas las dimensiones del ser humano: intelectual, emocional, social y espiritual. Queremos que nuestros alumnos crezcan de manera armónica y equilibrada, preparándolos para ser personas responsables, maduras y comprometidas tanto con su fe como con la sociedad.
2. Pedagogía Preventiva: Educar para Evitar, Enseñar para Vivir
Inspirada por la intuición de M. Carmen Sallés, nuestra pedagoga fundadora, creemos que prevenir es el mejor modo de educar. La figura de María, la mujer redimida en plenitud, es el modelo a seguir. Nuestra pedagogía preventiva no solo es un método, sino una forma de estar cerca de cada alumno, guiándolos para que puedan evitar los peligros y dificultades que podrían surgir a lo largo de su vida. Como M. Carmen decía: "Conocer para prevenir".
3. Educación Personalizada: Conocer al Alumno para Acompañarlo
En nuestro colegio, cada alumno es único. Su historia, su personalidad y sus capacidades son el corazón de nuestra labor educativa. Creemos que solo a través del encuentro personal, del diálogo continuo entre educador y alumno, es posible ofrecer una educación que tenga en cuenta las necesidades individuales de cada estudiante. Las tutorías juegan un papel clave en este proceso, permitiendo un acompañamiento cercano y personalizado.
4. Educación Liberadora: Ayudar al Alumno a Ser Dueño de su Vida
La libertad es uno de los mayores regalos que podemos ofrecer a nuestros alumnos. El proceso educativo debe ser liberador, ayudando a los jóvenes a desarrollar sus talentos y capacidades para que puedan tomar decisiones con autonomía y responsabilidad. Tal como lo decía M. Carmen Sallés, "Educar es ayudar a crecer en libertad".
Colaboración: Un Proyecto de Todos
El éxito de este modelo educativo depende de la colaboración entre profesores, padres y alumnos. En nuestra comunidad educativa, todos somos parte activa del proceso, y es mediante esta colaboración que nuestros estudiantes pueden llegar a ser los mejores protagonistas de su propia educación.
Fiesta de la Niña María
Niña María
Carmen Sallés siendo niña, asistió al colegio de las religiosas de la “Compañía de María”, donde celebraban esta fiesta. Cada 21 de noviembre, se invitaba a las alumnas a ofrecerse a Dios igual que un día lo hizo María. Las alumnas entraban en la iglesia en procesión detrás de una imagen de María Niña. Esto quedó grabado en el corazón de Santa Carmen, y cuando fundó la Congregación quiso que esta fiesta se celebrase en todos los Colegios Concepcionistas.
Sentido de la fiesta: Presentación de María en el Templo
El origen hay que buscarlo en el escrito apócrifo llamado “Protoevangelio de Santiago”, según el cual, “María fue conducida por sus ancianos padres San Joaquín y Santa Ana al templo de Jerusalén para que quedase consagrada al Señor, recibiendo una educación cuidadosa y esmerada en cuanto los tiempos alcanzaban”.
Santa Carmen Sallés asistió al Colegio de las religiosas de la “Compañía de María”, donde celebraban esta fiesta en la que se invitaba a las alumnas a ofrecerse a Dios igual que lo hizo María. Ya entonces las alumnas entraban en la Iglesia en procesión detrás de una imagen de “María niña”.
Este lenguaje “audiovisual” de aquella época, quedó grabado en el corazón de Santa Carmen Sallés, nuestra fundadora, que años después, quiso que en todos los colegios concepcionistas se celebrase esta fiesta.
Según la tradición, en el momento de la ofrenda, María no solo fue conducida por sus padres, sino que también fue acompañada por familiares, gente del pueblo y otros niños (en aquel tiempo niñas “doncellas”) representados en la actualidad por los alumnos vestidos de hebreos. María lleva en sus manos la ofrenda que presentaban “los pobres”: dos tórtolas o pichones. La presencia de Dios acogiendo la ofrenda de María Niña, está representada en los Ángeles, que en el Antiguo testamento son “mensajeros” (“presencia visible de Dios ante los hombres”)
Con toda esta simbología se quiere resaltar cómo María, elegida por Dios para ser la madre de Jesús, fue consagrada ya desde su infancia y, por lo tanto, su Presentación en el Templo fue un acontecimiento especial.
Actualmente, seguimos celebrando y representando simbólicamente la entrada de María en el Templo con el profundo sentido que ello conlleva: la ofrenda y la consagración de la vida a Dios.
En el momento de la entrada simbólica de María en el Templo se invita a todos los alumnos a hacer, como Ella, la ofrenda de su vida a Dios.
La devoción a María es un sello característico de la Familia Concepcionista que, desde pequeños y de esta forma simbólica, queremos que vaya quedando grabada en nuestros alumnos. Por ello, la celebración de la Eucaristía, el 21 de noviembre, es el eje central de las fiestas, que tienen un marcado carácter Mariano, resaltando en ella los valores de la entrega, el servicio, la colaboración, la sencillez, la alegría y la familiaridad.
Procuramos transmitir a nuestros alumnos el significado profundo de esta representación simbólica para que año tras año, fiesta tras fiesta, quede grabado en su corazón el cariño y la devoción a María.
Fiesta de La Inmaculada
Mes de mayo
Mayo es el mes dedicado a María. A lo largo de él, promovemos el amor y devoción a la Virgen, profundizando en las actitudes marianas que queremos que hagan vida nuestros alumnos.
En este mes de mayo, mes de la Virgen María, la recordamos como el puente entre nosotros y Jesús, con mucha fe, recordando que también es nuestra madre, como nos ensaña nuestra fundadora Santa Carmen Sallés.
“En medio de nuestro jardín está María… levantemos con frecuencia a Ella nuestra vista, que Ella nos dará virtud, Ella nos dará poder”
Tened una confianza grande y perseverante en nuestra Madre Inmaculada. Que nadie desmienta que habéis sido educados en una casa de María Inmaculada.