Nace el 9 de abril de 1848, en Vic (Barcelona). Y dos días después recibe el Bautismo en su Iglesia Catedral.
Llama a las puertas del noviciado de las Adoratrices en la primavera de 1871 donde sufre a conocer la amargura y el desencanto de las jóvenes acogidas, procedentes del mundo de la delincuencia o de la prostitución… El trabajo que realizan las Adoratrices es admirable. Pero ella intuye que el camino es la anticipación y la educación preventiva, para conseguirlo el Espíritu Santo pone ante ella un ejemplo bien elocuente: la figura de María Inmaculada. “Para alcanzar buenos fines, son menester buenos principios”.
Esto la conduce hacia una congregación dedicada a la enseñanza. Entre las Dominicas va profundizando en la vida comunitaria, en la vida de oración y en la educación de la mujer. Poco a poco ahonda en la comprensión de la importancia que tiene la cultura, para que la mujer pueda ocupar con dignidad y eficacia un puesto en la sociedad. Aprende, también, que esa cultura es el soporte imprescindible de la fe. La comprensión de lo que Dios quiere de ella es plena. Pero no es evidente para todos. Tiene que salir de su tierra y reiniciar su peregrinar en busca de la voluntad de Dios.
En Madrid, en la entonces catedral de San Isidro, ora y escucha, hasta que puede exclamar: “Es voluntad de Dios, vamos a Burgos y allí lucharemos contra todo lo que se presente. Y Dios proveerá”.
Después de Burgos llega a Segovia y tan solo unos meses después, el 29 de Marzo de 1893, el Obispo de la Diócesis D. José Pozuelo y Herrero autoriza la apertura del Colegio. Desde aquellos inciertos pero esperanzados comienzos ha transcurrido más de un siglo en que la sociedad española y la segoviana han experimentado profundas transformaciones, la presencia Concepcionista en Segovia ha sido permanente. Primero en la "Casa del Hidalgo" luego, desde 1922 en el "Torreón de Lozoya" y ya desde 1951 en el antiguo Palacio del Conde Cheste. El 14 de noviembre de 2018 una nueva casa de María Inmaculada comienza a construirse. Siguen adelante las ilusiones, los sueños y los proyectos de quienes creemos en el modelo educativo Concepcionista que gestó Santa Carmen y que llenarán el nuevo Colegio situado en El Sotillo.
Hoy como siempre la escuela concepcionista promueve la formación integral de niños y jóvenes, con una pedagogía preventiva, integral y liberadora empleando la ciencia y la técnica de la educación como instrumentos de formación de personas comprometidas con la transformación de la sociedad, con un estilo educativo solidario y abierto a otras realidades, pero siempre y muy principalmente, desde una lectura cristiana y transcendente de la vida con un compromiso misionero y apostólico de evangelizar mediante la educación.